Diana Castelar
De la mano del maestro Tomás Yamada, Stella Redruello se introdujo en los sutiles meandros de la pintura oriental hasta crear un universo de formas y colores dominados por la presencia de la flor en las variadas representaciones.

Al transitar este tema nada fácil siempre amenazado por el peligro de la reiteración la artista logra construir cuadros siempre diferentes, que enfatizan de pronto la tersura de un pétalo en sutiles gradaciones de matices o la completa naturaleza de una flor, sin alterar la naturaleza de un objeto.

Con signos fuertemente expresivos y un intimismo ejemplificador, se detiene en los distintos temas con gamas alternativamente suaves o vigorosas, utilizando según los casos reflejos tonales para enfatizar la alegría primigenia de la naturaleza, como en el muy logrado campo de girasoles.